Miércoles, 23 Abril 2025

La agricultura regenerativa busca restaurar flujos biogeoquimicos de la tierra que se han visto alterados por los excesos de nitrogeno y fósforo afectando las aguas, los ecosistemas, la salud humana y el clima.

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/Canva/

La Unidad de Planificación Rural Agropecuaria de Colombia señala que este modelo agrícola es una alternativa a las prácticas tradicionales, las cuales han generado impactos negativos en el clima y el medio ambiente. Según Rainforest Alliance si bien la agricultura sostenible busca reducir daños ambientales, la agricultura regenerativa va más allá, promoviendo un sistema que no solo minimiza impactos, sino que también enriquece los ecosistemas. Un primer paso en esta transición es la reducción del uso de insumos externos, como plaguicidas y fertilizantes sintéticos.

Según Alliance Bioversity-CIAT, la agricultura regenerativa se diferencia de la convencional porque no solo prioriza los rendimientos inmediatos, sino que busca garantizar la salud del ecosistema a largo plazo.

Algunas estrategias fundamentales de este enfoque incluyen:

  • Siembra directa o labranza cero: Minimiza la alteración del suelo, preservando su estructura y fomentando la acumulación de materia orgánica.
  • Rotación de cultivos y cultivos de cobertura: Mejoran la fertilidad del suelo y reducen la erosión al mantenerlo protegido durante todo el año.
  • Agrosilvicultura: Integra árboles y arbustos en los sistemas agrícolas, promoviendo la biodiversidad y aumentando la resiliencia ante eventos climáticos extremos.
  • Uso de compost y enmiendas orgánicas: Enriquece el contenido de materia orgánica en el suelo, mejorando su estructura y capacidad de retención de agua.

Estas prácticas no solo restauran la salud del suelo, sino que también desempeñan un papel clave en la captura de carbono. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, incrementar el secuestro de carbono en los suelos mediante agricultura regenerativa podría capturar hasta 23 gigatoneladas de CO₂ para 2050, contribuyendo así a limitar el calentamiento global a 1,5 °C.

Por su parte, el CIAT enfatiza que este enfoque mejora la capacidad de los sistemas agrícolas para adaptarse a eventos climáticos extremos. Métodos como la siembra directa y la agrosilvicultura optimizan la retención de agua, reducen la dependencia del riego y mitigan los efectos de las sequías prolongadas.

Con el aumento de la conciencia ambiental, también crece la demanda de alimentos producidos de manera sostenible. Los consumidores, cada vez más informados sobre los beneficios de la agricultura regenerativa, buscan productos etiquetados como regenerativos o sostenibles. Un estudio de Nielsen revela que el 66 % de los consumidores a nivel global están dispuestos a pagar más por productos que respalden causas ambientales y sociales.

Los agricultores pueden beneficiarse de este cambio en las preferencias del consumidor a través de diversas estrategias:

  • De la granja a la mesa: Restaurantes y minoristas buscan asociarse con productores regenerativos para responder a la creciente demanda de alimentos sostenibles, abriendo nuevas oportunidades de mercado y mejores precios.
  • Certificaciones alimentarias: Distinciones como "Regenerative Organic Certified (ROC)" ayudan a los agricultores a destacar sus productos en el mercado, accediendo a segmentos premium y mejorando su rentabilidad.

Las innovaciones tecnológicas están facilitando la adopción de la agricultura regenerativa, haciéndola más accesible y viable económicamente. Avances en monitoreo de la salud del suelo, agricultura digital de precisión y nuevos modelos de financiamiento están optimizando la eficiencia de estos sistemas. Estas herramientas no solo impulsan la sostenibilidad económica, sino que también equilibran la rentabilidad agrícola con la protección del medio ambiente.

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