El quinto informe anual sobre la calidad del aire de IQAir revela los niveles de contaminación que enfrentan países, territorios y regiones de todo el mundo.
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Los científicos de calidad del aire de IQAir analizaron datos de más de 30,000 estaciones de monitoreo de la calidad del aire ubicadas en 7,323 lugares de 131 países, territorios y regiones. Para evaluar la calidad del aire, las agencias miden la cantidad de partículas en un área para llegar a una cantidad que la población residente respira durante un período de tiempo.
Las partículas en suspensión (PM) en el aire son una mezcla compleja de sólidos y aerosoles y se definen por el diámetro a efectos reglamentarios. Las partículas con un diámetro de 10 micrones o menos (PM10) son inhalables y pueden provocar efectos adversos para la salud.
El informe de 2022 arrojó luz sobre varios aspectos críticos de la calidad del aire en el mundo:
Éxito y Fracaso: Solo seis países cumplieron con las directrices de la OMS para las partículas PM2,5, que tienen un promedio anual de 5 µg/m3 o menos. Australia, Estonia, Finlandia, Granada, Islandia y Nueva Zelanda lograron cumplir con estas directrices.
Contaminación Extrema: Por otro lado, cinco países enfrentaron niveles de contaminación extremos en 2022, superando drásticamente las directrices de la OMS. Chad, Irak, Pakistán, Bahréin y Bangladesh tuvieron niveles de PM2,5 más de 13 veces superiores a lo considerado seguro.
Este estudio visualizó la concentración de partículas finas (PM2,5) en 116 capitales del mundo en un listado de mejor a peor donde Bogotá ocupa el puesto 56, con una concentración promedio de 15,1 µg/m3 siendo esta casi 2 veces más de lo permitido.
El informe destacó el papel importante de los monitores de calidad del aire patrocinados por la comunidad. Más de la mitad de los datos de calidad del aire provinieron de esfuerzos comunitarios de base. Cuando las comunidades participan en el monitoreo de la calidad del aire, se crea conciencia y se fomenta una acción conjunta para mejorar la calidad del aire.
Los datos enfatizan la necesidad de que los gobiernos se involucren en el control de la calidad del aire. El monitoreo comunitario genera transparencia y urgencia, lo que conduce a acciones de colaboración para mejorar la calidad del aire.
La contaminación del aire es un desafío global que requiere una atención urgente. Todos merecen respirar aire limpio y saludable. A través del monitoreo, la acción comunitaria y la presión sobre los contaminadores, podemos avanzar hacia un mundo con una mejor calidad del aire y, en última instancia, una mejor salud para todos.