La región amazónica enfrenta una sequía implacable que amenaza a las comunidades y la vida silvestre. Los delfines, en particular, están pagando un precio alto.
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La región de la Amazonia, conocida por su exuberante biodiversidad, se enfrenta a una crisis que está afectando tanto a su gente como a su ecosistema. El desencadenante de esta tragedia, según WWF (World Wildlife Fund) Colombia, es el calentamiento del océano Atlántico, que ha dado lugar a una sequía que afecta a más de medio millón de personas en Brasil, con impactos que se extienden por toda la región amazónica. La combinación de factores, que incluye la deforestación desenfrenada y el cambio climático, ha contribuido a esta catástrofe.
Esta sequía y sus efectos devastadores han sido agravados por la llegada del fenómeno de El Niño, que se pronostica que se intensificará a mediados de octubre. Como resultado, comunidades enteras en Brasil y Perú se han encontrado aisladas, y los ríos, que normalmente actúan como vías de transporte, se han vuelto intransitables. Esta situación amenaza seriamente el suministro de alimentos y agua, lo que tiene un impacto directo en la vida de las poblaciones y la economía regional.
Esta sequía está teniendo un impacto grave en la vida silvestre de la Amazonia, una región que destaca por su diversidad de especies. Los delfines de río, en particular, están enfrentando una situación crítica. La muerte de más de cien de estos delfines en la Amazonia es un síntoma alarmante de esta crisis. En el lago Tefé, donde las temperaturas del agua han alcanzado niveles sin precedentes, se ha presenciado esta tragedia, con un registro de más de 140 delfines muertos en sus aguas. Estos delfines son esenciales para mantener el equilibrio de los ecosistemas acuáticos y, a medida que el cambio climático afecta la región, se han convertido en un indicador clave de su salud.
Mariana Paschoalini Frias, especialista en Conservación de WWF Brasil y Coordinadora de la Iniciativa de Delfines de Río de Suramérica (SARDI), lidera esfuerzos para recolectar cadáveres, monitorear a los delfines que aún sobreviven en áreas críticas con aguas poco profundas y altas temperaturas, además de recopilar y enviar muestras biológicas y de agua para análisis. Estos esfuerzos son fundamentales para entender las causas profundas de este evento sin precedentes.
El gobierno de Colombia, en colaboración con WWF, la Fundación Omacha, el Banco Mundial y otras organizaciones, promovieron una declaración global para la protección de los delfines de río en los 14 países donde habitan, en el marco del Día Mundial del Delfín de Río. Esta iniciativa es crucial para la conservación de la Amazonia y sus comunidades, y su enfoque radica en fortalecer las iniciativas tanto a nivel regional como nacional para proteger a estas especies en peligro.