En medio de la selva tropical del pacífico se puede vivir una experiencia solo apta para amantes de la aventura y la conexión con la naturaleza.

El itinerario de esta aventura empieza a 20 minutos de Buenaventura, a la altura del corregimiento de Córdoba, donde por bodegas se cruza el puente San Martín sobre el río Dagüa y se abordan las brujitas, que no son mujeres en escobas sino el transporte nativo de los turistas y de la comunidad. Son carritos de balineras que se desplazan por los rieles del tren y son impulsados por motocicletas que en tan solo 20 minutos, recorren 6 kilómetros de vía férrea hasta San Cipriano.

Una vez comprado el tiquete que ronda los $12.000 de ida y vuelta, se aborda este transporte el cual recorre túneles, puentes y un paisaje selvático que ofrece caídas de agua, diversidad de flores y árboles como las palmas de chontaduro. Al ingreso de la Reserva Natural Río San Cipriano, se paga un valor de $2.000 los cuales están destinados a la conservación del lugar. Ese dinero garantiza que encontrará un paisaje limpio y seguro así como primeros auxilios en el centro de salud.
En este punto ya se siente el alto grado de humedad en el ambiente, con una temperatura aproximada 30°C lo cual genera una sensación pegajosa en la piel y que la ropa se adhiera al cuerpo. En San Cipriano, se encuentran aproximadamente 54 hoteles y cabañas dirigidas por los nativos del lugar, que tienen un costo entre $30.000 y $40.000. También hay disponibles habitaciones con precios que varían entre $10.000 y 15.000. Para aquellos que disponen de una carpa o prefieren lindar una hamaca, pueden también alquilar el segundo piso de una de las cabañas de la zona.
Para recorrer la reserva, lo ideal es contar con zapatos aptos para caminar sobre piedras o preferiblemente botas de caucho para los senderos, ya que los visitantes pueden experimentar desde un clima soleado hasta una lluvia torrencial en pocas horas. Este mágico lugar, cuenta con sendas conectadas entre sí, las cuales llevan a los principales tesoros de la región: los pozos, cascadas y ríos.

Los pozos tienen entre 10 y 12 metros en promedio de profundidad, y son escogidos según la actividad que se va a realizar. El pozo La Platina, por ejemplo, lo escogen quienes van a realizar prácticas de buceo.
En el lugar hay dos ríos que atraviesan la exuberante y frondosa selva: el Escalefete y el San Cipriano, ambos con extensas playas y aguas cristalinas que permiten observar los peces y el fondo en gran parte de su recorrido. En el río principal hay aproximadamente 10 charcos, como comúnmente también se le denomina a los pozos, en donde se puede bucear y realizar careteo para aprovechar las aguas trasparentes y observar la vida en su interior. También hay cascadas de todos los tamaños que no se alcanzan a conocer en un sólo día ya que, el área total conservada es de aproximadamente 8534 hectáreas.
Para quienes se animan a continuar el camino, a dos horas a pie pueden llegar hasta la quebrada La Barbacoana, la cual tiene una caída de 18 metros de altura. No es extraño encontrar víboras, arañas y animales propios de la zona así que hay que caminar con precaución. A dos kilómetros del caserío, no puede faltar la experiencia de alquilar y lanzarse en flotador para conocer y recorrer todo el río en él, pero deben hacerlo expertos nadadores porque la aventura podría terminar en un susto. Al río puede regresar cuantas veces quiera.

La desconexión es casi total debido a que no hay Wifi y la señal de celular que predomina es la del operador Claro. En este viaje, para muchos renovador, no pueden faltar las delicias gastronómicas preparadas por las familias de la región y muy característica del pacífico colombiano. Los abrebocas son las exóticas chirimoyas y los harinosos chontaduros que según la tradición, contienen propiedades afrodisiacas. Los viajantes también se van a encontrar con los platos propios de la zona caracterizados por incluir chicha, pescado, patacón y arroz. Sin embargo, el imperdible es el Encocado de Camarón que es una delicada crema de camarones grandes, yuca, plátano y papa, que se acompaña con arroz, rodajas de tomate y limonada de aguapanela fría.
Para quienes no prefieran pescado, el menú también incluye sancochos de gallina, y pollo, cocinados en fogones de leña y con los respectivos acompañamientos que los clientes escojan. El postre no puede faltar y se puede seleccionar entre pastel de coco o las tradicionales cocadas. Las tiendas o restaurantes también ofrecen una amplia variedad de mecato o paquetes, dulces, jugos, agua y gaseosas. El valor del almuerzo promedio tiene un costo de $20.000 con sancocho, $15.000 la bandeja sola, o los almuerzos especiales se consiguen desde $28.000 hasta $34.000.
La población de San Cipriano ya se acerca a las 600 personas y cuenta con hoteles, hospedajes, restaurantes y hasta discotecas donde se puede dar una bailadita. Puede optar por llegar temprano para pasar un día de sol o preferiblemente, aprovechar los artesanales alojamientos para pasar varias noches y así aprovechar las distintas eco-actividades del lugar. Aquí, además de su calurosa gente, se puede dar el lujo de conocer otras especies como las bromelias, la tortuga bache, la serpiente Talla Equis y el pez Viringo.
Recomendaciones
Según las actividades descritas, no es un viaje apto para personas con problemas de salud o de desplazamiento, de avanzada edad, niños pequeños, con mascotas o temerosas de los animales y la naturaleza. Se recomienda llevar bloqueador solar, ropa ligera, gorra o sombrero, vestido de baño, cámara fotográfica y dinero en efectivo ya que no hay cajeros cerca. Es importante llevar plásticos y bolsas para resguardar los elementos de valor y la ropa de la humedad. Está prohibido pescar, talar, cazar, extraer material vegetal, hacer hogueras o fogatas e ingresar alimentos y bebidas alcohólicas. Es bueno considerar los guías para evitar perderse los cuales tienen un costo desde $15.000 dependiendo el trayecto y la distancia.
Cómo llegar
Se toma un bus en Cali con destino a Buenaventura por la vía al mar, y después de pasar el quinto túnel que hay en la carretera, se notifica al conductor que se queda en el corregimiento de Córdoba. El pasaje tiene un costo de $25.000 y dura dos horas aproximadamente. Si se viaja en moto o carro, hay un parqueadero sobre la carretera en este poblado, donde se puede dejar el vehículo. Antes de regresar a Cali, se puede visitar Buenaventura en un microbús que por $3.000 lo lleva a este destino.
